Cómo orientarse sin mapa ni brújula: 2 sistemas tan sencillos como efectivos

Aunque parezca que hayan estado entre nosotros desde los primeros días de la humanidad, los dispositivos GPS y las brújulas digitales apenas llevan unas décadas a nuestro servicio. Hasta su aparición, el ser humano utilizaba otros métodos tan rudimentarios como eficaces para poder orientarse en plena naturaleza. Por si en alguna ocasión necesitas utilizarlos, ya que te encuentras perdido en pleno bosque o montaña y no tienes a mano tu lujoso Smarthphone de última generación para que te saque de allí, a continuación recordamos algunos de los más efectivos.

La primera premisa para poder ubicarnos y empezar nuestra orientación si no tenemos a mano una brújula o un GPS, es saber dónde está el Norte. La naturaleza nos ofrece diferentes métodos para localizarlo, siendo seguramente los más eficaces las estrellas cuando es de noche (siempre que el cielo esté despejado, claro está), y el reloj solar cuando es de día. Empezaremos por el sistema nocturno.

Orientarse con las estrellas
El planeta Tierra está dividido en 2 hemisferios: Norte y Sur. En el hemisferio Norte, donde se halla España, la estrella polar indica siempre el Norte. Ubicada en la cola de la Osa Menor, localizarla no siempre resulta sencillo, ya que no es una estrella muy brillante. La que sí es más fácil de identificar es la Osa Mayor, una constelación de estrellas muy brillantes con la clásica forma de carro o cazo, que se encuentra muy próxima a la estrella polar. Tanto, que basta con prolongar cuatro veces la distancia que separa las dos estrellas frontales de la Osa Mayor para saber en qué punto está la estrella polar, y por tanto el Norte del planeta.

Si nos encontráramos en el otro hemisferio, en el Sur, para orientarnos tendríamos que buscar la constelación conocida como la Cruz del Sur. Esta constelación tiene forma de cometa, o de rombo, y para saber dónde se encuentra el Sur, en este caso bastará con prolongar la longitud de dicha cometa unas 4 veces y media para que podamos localizar siempre el punto Sur.

La Luna también puede ayudarnos a orientarnos en una situación de emergencia. Cuando está en modo creciente, sus extremos apuntan siempre hacia el Este, mientras que cuando está en fase menguante lo hace a la inversa, es decir, hacia el Oeste. Para interpretar la fase lunar tenemos que recordar que siempre hay que pensar al revés, esto es, cuando la Luna tiene una forma parecida a una “C”, no será porque está en modo creciente, sino que está en fase menguante.

Orientarse con el Sol y un reloj
Durante el día, si tenemos un clásico reloj de agujas y brilla el Sol, también podemos localizar el Norte de una forma rápida y sencilla. Sabiendo la hora solar, que en España son 2 horas menos en verano y una hora menos en invierno, bastará con alinear la aguja de las horas (la más pequeña) con el sol en la hora correcta. Así, en el hemisferio Norte, en la bisectriz que se forma entre la aguja de las horas y el punto de las 12 del reloj se hallará siempre el Sur.

Por el contrario, si estamos en el hemisferio Sur, tendremos que apuntar con las 12 del reloj hacia el Sol, de tal forma que el Norte se hallará siempre en la bisectriz que se forma con la aguja de las horas.

Con estos 2 sencillos sistemas podremos ubicarnos de forma rápida, tanto de día como de noche, y saber hacia qué dirección podemos caminar para encontrar una salida en una situación de supervivencia. Además, evitaremos dar vueltas en círculos concéntricos quedándonos atrapados siempre en el mismo punto, caminando en la misma dirección hacia la que nos marque el Norte o el Sur.