Últimamente estamos viendo y leyendo en las redes sociales muchos casos de furtivismo. Algunos de ellos, corresponden a informaciones referentes a otros años; en otros casos, tristemente, las noticias son absolutamente ciertas. Aun así, ante tal eclosión informativa, no paro de preguntarme: ¿Estamos ante un fenómeno de “información” dirigida o viral? ¿Se está buscando generar una corriente de opinión contraria y dura frente al sector de la caza y los cazadores?
Furtivos siempre ha habido y siempre los habrá… lo mismo que hay otro tipo de delitos y de delincuentes. Igual que hay individuos que rebasan sobradamente los límites de velocidad o superan el límite de alcoholemia, multiplicándolo por dos o por tres. El delito está ahí, pero no de forma generalizada, y por tanto sería tremendamente injusto pensar que todos los conductores son alcohólicos, asesinos en potencia, o simplemente temerarios. Sólo porque una serie de individuos infringen las normas de manera sobrada y extremadamente peligrosa.
Cualquier cazador que se precie de serlo, suele ser tremendamente cuidadoso con la regulación existente, y si no está de acuerdo con ella, echará pestes, pataleará, pero no quebrantará la ley. La primera característica de un cazador responsable es el cuidado del medio ambiente, y más específicamente, el que suele ser su hábitat de caza.
En mi caso particular, disfruto muchísimo viendo la etapa de cría o simplemente observando los animales fuera de época de caza, en absoluta libertad. He visto en muchísimas ocasiones animales estupendos que desearía poder haber avistado en época hábil de caza, pero siempre me alegro de poder disfrutar del espectáculo de un ciervo magnifico, o de un simple pato, o de una estupenda perdiz a la carrera… Cualquiera que cace se habrá topado con ese bando enorme de palomas en pleno mes de marzo, o justo después de una jornada no demasiado exitosa.
La segunda característica del cazador es el respeto a las leyes. Ya no es una cuestión de respeto al medio ambiente (que lo hemos tratado en el punto anterior), sino una cuestión de que los cazadores tenemos permiso de armas y este permiso está condicionado a un uso reglado. Podemos discutir si la ley es dura, blanda, o medio-pensionista, pero es la que hay y hasta que se cambie, la respetamos a rajatabla. Sin interpretaciones. Las armas son peligrosas y hay que manejarlas con extrema cautela y bajo las condiciones establecidas por la ley. Si no cumples estas reglas, puede que te las retiren, lo que implicaría no poder practicar nuestra afición… Y ese, amigos míos, para mí es un precio muy caro que no estoy dispuesto a pagar.
Volviendo al tema original, a la eclosión de casos de caza furtiva en las redes sociales, entiendo que siempre hay un “garbanzo negro” en todo cocido, y hay desaprensivos en todos los sectores. Personalmente, me alegro cuando estos personajes son “pillados” por el Seprona, y en algunos casos me parece que las sanciones son hasta “flojas”. Hay animales en serio peligro de extinción o prácticamente extintos, y me parece una salvajada lo que yo califico como “asesinatos” premeditados de estas especies. En otros casos, estamos hablando de épocas de cría y, sinceramente, hay que respetar la fauna y cuidarla. Para mí, un furtivo no es un cazador. Es otra cosa…
Ahora bien, a partir de esta deleznable figura ¿se está generando artificialmente una corriente de opinión contra la caza y los cazadores? ¿Hay una verdadera intención de “demonizar” esta afición? ¿Existe una corriente de “desinformación” dirigida para estigmatizar a este colectivo?
Sinceramente, a veces lo parece. Ahí lo dejo. Seguiremos opinando…
