En cualquier situación de aventura al aire libre, el fuego constituye un elemento básico para la supervivencia. No sólo porque nos aportará el calor necesario para refugiarnos de un clima frío, sino también porque nos ayudará a cocinar posibles alimentos, nos servirá para protegernos y ahuyentar a posibles predadores, y en última instancia, porque el humo que genere podrá servir para que un hipotético equipo de rescate pueda localizar nuestra posición.
Encender un fuego en nuestro hogar o jardín resulta una operación tan sencilla como rutinaria. Basta con utilizar un moderno mechero, una caja de cerillas, o cualquier sistema de ignición que encontramos en las superficies comerciales (pastillas de encendido), y aplicarlo sobre una fuente de papel, leña fina, o directamente sobre la encimera de nuestra cocina. Sin embargo, esta misión tan aparentemente fácil, que hacemos en varias ocasiones al día, se vuelve mucho más compleja cuando estamos en plena montaña y no tenemos a mano ninguno de estos domésticos elementos. En ese caso, tendremos que acudir a otros sistemas y pedernales de emergencia que llevaremos en nuestra mochila y que nos ayudarán a iniciar un fuego de supervivencia.
Actualmente podemos encontrar en el mercado diferentes tipos de pedernales y soluciones outdoor para iniciar un fuego de emergencia. Pedernales de ferrocerio, pedernales de ignición automática… sin embargo, hay un pedernal más clásico que nunca falla y que aun a pesar del paso de los años sigue siendo uno de los sistemas de ignición preferidos por los más aventureros. Hablamos del pedernal de magnesio, un accesorio que a día de hoy continua siendo el pedernal recomendado e incluido en los kits de supervivencia del US Army (Ejército estadounidense).
El pedernal de magnesio es un clásico sistema de ignición compuesto generalmente por una barra de este inflamable material, una piedra pedernal con la que iniciar el fuego, y en muchas ocasiones un pequeño rascador para extraer las virutas de la barra de magnesio. Si nuestro pedernal carece de este rascador, podemos utilizar una navaja o cuchillo para conseguir el mismo objetivo. Uno de los primeros y más famosos pedernales de magnesio que se conocen es el Doan Fire Starter, aprobado como elemento de dotación militar por el Ejército estadounidense (NSN 4240-01-160-5618), y que como decimos forma parte de los kits de supervivencia que el US Army entrega a todos sus soldados.
Uso del pedernal de magnesio
Al ser tan altamente inflamable, las virutas de magnesio arderán por sí solas en cuanto reciban las primeras chipas del pedernal (curiosamente, el magnesio en bloque apenas tiene poder de ignición). Sin embargo, para facilitar que el fuego se mantenga encendido, convendrá mezclar las virutas de magnesio (previamente extraídas con el rascador o con la navaja) con yesca, paja seca, o algodón, para que la llama siga ardiendo al poco tiempo de haberse encendido. A la hora de sacar las virutas de la barra de magnesio conviene no escatimar, ya que contra más cantidad de magnesio en polvo tengamos, más rápido y con más fuerza iniciaremos nuestro fuego.
Una vez extraídas las virutas de magnesio y mezcladas en abundancia con la yesca, cogeremos la piedra pedernal de la barra de magnesio y con el mismo rascador o cuchillo con el que hemos sacado las virutas de magnesio, rascaremos la piedra pedernal a escasos centímetros del montoncito de magnesio y yesca. Cuidado con acercarse demasiado, ya que el magnesio en polvo prenderá súbitamente en cuanto reciba las primeras chispas y puede que nos quememos la mano si estamos muy cerca. Ya con el fuego encendido sólo habrá que potenciarlo y mantenerlo, colocando progresivamente pequeñas ramas para darle mayor vivacidad.
Respecto al encendido del magnesio, apuntar también que es un material que prende en cualquier situación, aun cuando esté húmedo o mojado, o esté soplando un viento muy fuerte. Es decir, que aunque esté lloviendo podremos iniciar el fuego sin problemas, de ahí que este tipo de pedernal esté altamente recomendado para situaciones de emergencia o aventuras de supervivencia. Del mismo modo, también debemos ser conscientes de que cuando el magnesio arde es muy difícil de apagar, por lo mismo que hemos comentado anteriormente, así que la única opción de apagarlo será echarle tierra por encima. Nunca agua, recuérdalo.
