Hace sólo unos días que me he mudado de la Florida a Texas. No soy un principiante en mudanzas, pues anteriormente me he mudado de España a New Jersey, y de New Jersey a la Florida. Como en las anteriores mudanzas, venirme a Texas ha deparado unas semanas locas, decidiendo qué llevarse y qué dejar, cargar el camión, acordarse de que necesitas algo que habías cargado al principio cuando en el camión ya no cabe ni una aguja… vamos, nada que ya no conociera.
Conducir 2.500 kilómetros con unos perros no acostumbrados a viajar en coche también añadía su puntito extra de estrés. Pero esta vez ha habido una nueva variable: mudarme con mis armas y miles de cartuchos de munición, cruzando cuatro Estados, cada cual con sus propias leyes sobre armas: Alabama, Mississippi, Louisiana, y finalmente Texas.
En Estados Unidos las leyes de armas, licencias, porte de arma corta oculta, porte de arma corta a la vista, posesión de fusiles de «asalto», uso de la fuerza mortal, stand your ground law (si hay que tratar de huir antes de usar un arma de fuego en defensa propia), lugares donde está prohibido ir armado… todo varía enormemente de estado a estado.
Pero hay una cosa más que debes tener en cuenta, que es si la licencia de porte de arma corta (CCW) de tu estado, es válida en los estados por los cuales vas a circular. En mi caso he tenido suerte: todos los estados por los que iba a circular aceptan mi licencia CCW de la Florida. Y no sólo eso, Texas, mi nuevo estado, también acepta la licencia de la Florida, por lo que podré portar arma corta hasta que consiga la propia licencia de Texas.
Otra cosa a tener en cuenta es cómo debemos actuar si por cualquier razón entramos en contacto con un agente de la ley, por ejemplo por cometer una infracción de tráfico. Esto varía en cada estado, pasando desde estados como el de la Florida, donde no importa que lleves un auténtico arsenal en tu coche (no tienes por qué informar al oficial de policía de tu carga), hasta estados como Louisiana, donde cada vez que entres en contacto con un policía tendrás que informarle de que vas armado. En Texas por último, sólo has de comunicarle al oficial de policía que vas armado si éste te pide la identificación y si en ese momento llevas un arma corta oculta contigo.
Llevo diez años portando mi pistola Glock 26 diariamente en la Florida, conozco las leyes, y cómo actuar dentro de la ley en caso de que la necesidad de desenfundar se presente. Para mí, ir armado en la Florida ha llegado a ser como conducir: sé las normas y leyes para hacerlo con seguridad y se ha convertido en algo natural. Al menos hasta ahora, porque aquí en Texas, aunque mi licencia CCW de la Florida también es válida, las leyes son diferentes. Sí, me las he estado estudiando, por supuesto, pero son 10 años habituado a unas maneras de actuar, sabiendo dónde o no ir armado, haciéndome a unas leyes que mi subconsciente llegó a absorber.
De pronto, aquí en Texas mi Glock 26 se volvió más pesada, más grande, más difícil de mantener oculta a las miradas indiscretas, o a un jersey que sube más de lo habitual cuando me estiro a coger algo de la estantería de arriba en el supermercado. O tal vez todo esto esté sólo en mi mente. En la Florida esto no era un problema, pero, ¿y en Texas? Seguro que lo leí, pero no lo recuerdo. Siempre queda la opción de dejar el arma en casa o en el coche, claro. Pero no ir armado ha dejado de ser una opción para mí. Hace tiempo que entendí por qué tantos ciudadanos de Estados Unidos se dejarían antes arrancar una muela que arrebatar sus armas. Así que me he decidido por una solución de compromiso: dejar la Glock 26 en casa y usar una Ruger LCP como arma diaria. Una “pocket gun” o pistola de bolsillo.
Con la Ruger LCP me siento mucho mejor, cabe perfectamente en un bolsillo, con su funda para bolsillo por supuesto, y es virtualmente indetectable. No abulta, ni pesa, y salvo que la saque del bolsillo es imposible que sea detectada debido a un descuido. En las clases para obtener la licencia de Texas aprenderé todo lo necesario sobre las leyes de armas de este estado, pero aun así me llevará tiempo acostumbrarme, y probablemente cometeré algún que otro error, como entrar armado donde no deba. Pero bueno, esto forma parte del aprendizaje…
Hasta que no sienta que totalmente domino las regulaciones de Texas, mi Ruger LCP será mi compañera. Ahora que lo pienso, es una pistola de bolsillo en calibre .380 ACP (9 Corto), una buena compañera si el destino te pone en la tesitura de tener que defenderte. Pero, ¿es un cambio aceptable pasar del 9mm Parabellum de mi inseparable Glock 26 al .380 de la LCP? Se podría discutir eternamente sobre ello.
