Se ha formado con los mejores especialistas en técnicas de supervivencia, se ha enfrentado a numerosos retos de supervivencia en las más duras condiciones, y todavía asegura estar deseoso de seguir aprendiendo. Su próximo objetivo, inmiscuirse en la selva y acercarse a los nativos. Así es y así vive nuestro colaborador Adrián de la Cruz, más conocido como Lobo Nómada.
– Queremos conocer un poco más a la persona que se esconde detrás del apelativo Lobo Nómada. ¿Quién es Adrián de la Cruz?, ¿a qué se dedica?, ¿cuáles son sus aficiones?
En primer lugar, os agradezco mucho el tiempo y el interés que habéis mostrado por saber más sobre lo que hago. Me parece una gran labor la que hacéis en esta revista y es un placer poder colaborar poniendo mi granito de arena.
Es difícil describirse a uno mismo, pero si algo tengo claro sobre mí, es que me apasiona la naturaleza y todo lo que engloba. Me esfuerzo día a día por aprender más sobre el mundo natural que nos rodea, los animales que lo habitan y sus hábitos, las propiedades medicinales de las plantas, los conocimientos que poseían nuestros antepasados, y sobre todo me centro en aprender protocolos de seguridad para saber cómo actuar ante emergencias en lugares agrestes, y técnicas de supervivencia que nos pueden salvar la vida en más de una ocasión.
Por un lado, me dedico a aprender y por el otro a compartir con los demás lo que voy aprendiendo. Gracias a las redes sociales, hoy en día esto es muy fácil, cualquiera puede aportar lo que sabe y estar accesible para el mundo entero con un solo click. Para mí no tendría tanto sentido todo lo que aprendo si no pudiera ayudar a los demás con ello, por eso me gusta subir vídeos a Youtube o escribir publicaciones en Facebook y esta revista mostrando técnicas interesantes de conocer para la gente que le gusta disfrutar del aire libre.
Mis aficiones, como te imaginarás, están muy relacionadas con mi pasión, pues casi todas las realizo en el lugar en el que mejor me siento: el monte. Me gusta mucho la fotografía, y siempre que salgo llevo la cámara entre mis accesorios imprescindibles para poder retratar los animales que me regalan un instante, o los paisajes increíbles que se pueden ver en cualquier lugar donde la mano del hombre no ha edificado. También me gusta mucho el rastreo, una afición en la que aún soy un novato pero que me llama muchísimo la atención, sobre todo por poder leer en el entorno los hechos que han sucedido con anterioridad. Pasar dos o tres día en el monte, cerca de un río y un bosque tranquilo es mi mayor vicio, y mi mayor adicción es viajar. Siempre que puedo me escapo una semana para conocer un lugar nuevo, otra forma de vida y otros paisajes.
– Ahora que sabemos un poco más de ti, vamos a centrarnos en el tema por el que realmente se te conoce: ¿Cuándo y cómo surge tu interés por el mundo del Bushcraft y la supervivencia?
La verdad es que desde que tengo memoria me ha llamado mucho el campo. Mis padres siempre me llevaban a hacer senderismo por el monte los fines de semana, enseñándome a respetar la naturaleza. También pasaba los veranos en el pueblo de mis abuelos, de los que he aprendido mucho sobre la vida en el campo. He probado todos los deportes de montaña que he podido: escalada, rapel, espeleología… el problema es que siempre sentía que necesitaba algo más. Ir por la montaña a hacer una ruta estaba bien, pero yo no quería ser un turista en la naturaleza, quería vivirla desde dentro, ser uno más en el entorno.
De niño me regalaron mi primer libro de supervivencia, que por algún motivo conservé durante muchos años, y cada cierto tiempo le echaba una ojeada. Un día se me ocurrió buscar por Internet cursos de supervivencia, encontré uno cerca de casa, asistí durante dos días, y aluciné con el mundo nuevo que descubrí. A partir de ahí empecé a conocer gente que se iba varios días a practicar técnicas de supervivencia y de ahí descubrí lo que llamamos Bushcraft. Empecé a salir por el monte con lo mínimo, prescindiendo de tiendas de campaña, sin saco de dormir, con los mínimos medios modernos y pasando varios días en plena naturaleza alejado de los senderos. Al fin conseguí saciar mis ansias por disfrutar de la naturaleza de manera plena y descubrí así mi pasión.
– Desde tu perspectiva personal, ¿dirías que el superviviente nace o se hace?
En realidad, todos nacemos con instinto de supervivencia, de hecho yo diría que es lo único con lo que venimos al mundo. Instintivamente respiramos, nos alimentamos y nos agarramos a la vida desde el primer momento. También creo que algunas personas poseen ese instinto más desarrollado que otras, aunque cualquier persona perdida en la naturaleza va a hacer lo posible por salir de ahí con vida, tenga o no conocimientos. Lo que marcará la diferencia en una situación así será su voluntad y el apego que tenga a la vida.
Aun así, todo esto se puede entrenar para mejorar tus habilidades de supervivencia, ya sea de forma física, psicológica o aprendiendo todo tipo de técnicas que aplicar en la naturaleza. Todos podemos mejorar y el límite es infinito.
– ¿Qué tipo de formación o instrucción has recibido para el aprendizaje de todas estas técnicas de supervivencia que muestras en tus vídeos y publicaciones?
Empecé haciendo cursos de dos días en Cataluña, donde nos ponían a prueba limitando la comida, el agua y dejando que construyéramos nuestro propio refugio. Después viaje en dos ocasiones a Mallorca para aprender de un instructor de supervivencia que había estado en operaciones especiales. Pasamos varios días en la costa y otros tantos en la montaña. Empecé a conocer gente de este mundillo y quedar con ellos para hacer escapadas. De todo el mundo aprendía algo nuevo. También leía todo lo que podía sobre supervivencia, bushcraft, orientación, nudos, primeros auxilios, botánica, fauna… y salía por mi cuenta a pasar varios días en el monte, practicando todo lo que iba aprendiendo.
Decidí que quería aprender desde todos los puntos de vista, y así fui formándome con los mejores de cada campo. Pasé más de una semana con un instructor que había vivido 3 años en las selvas venezolanas, estuve durante 20 días con un experto en botánica que me enseñó mucho sobre plantas medicinales, realicé una formación que duró un año para ser guía de expediciones. Viajé a la frontera de Francia y Suecia para realizar una travesía en invierno, arrastrando trineos de nieve, con esquís nórdicos y raquetas, y para finalizar pasamos 24 horas de forma individual en la nieve con muy poco material. Me formé en liderazgo, primeros auxilios en lugares remotos y sobre cómo llevar un grupo. También hice cursos de rastreo, viajé por el desierto durante 115 km practicando técnicas de supervivencia en ese ambiente con un gran experto que lleva guiando expediciones más de 20 años, y que creó la primera escuela de supervivencia en España. Aprendí durante cuatro días valiosos conocimientos de un gran especialista en tecnologías primitivas (una rama de la supervivencia en la que no se usa material, sólo lo que adquieres de la naturaleza). No he parado en todo este tiempo, pues las ansias que tengo por aprender no son pequeñas, así que solo espero conservar esa ilusión muchos años más.
– ¿Qué opinas del indudable auge que el mundo del Vivac y la supervivencia está experimentando en España en los últimos tiempos?, ¿a qué crees que es debido?
Me parece muy bueno que se estén dando a conocer tantas técnicas de supervivencia y que la gente se anime más a salir de vivac. Disfrutar de la naturaleza es de las mejores cosas que se puede hacer en la vida. Seguramente, esto sea fruto de tantísimos programas de televisión sobre esta temática que hay hoy en día, el problema es que la mayoría son shows sensacionalistas que muestran formas peligrosas de hacer las cosas, pero aun así también enseñan consejos que pueden ser de utilidad para tener una base.
– ¿Qué importancia juegan para ti las redes sociales y los blogs y revistas especializadas como la que nos ocupa?
Creo que aunque la tecnología nos esclaviza a veces, es un gran regalo el poder disponer de tantísima información y diferentes medios de comunicación. Gracias a las redes sociales he podido mostrar a miles de personas lo que veían mis ojos en mitad de un desierto lejano, un bosque exuberante o una montaña nevada. El poder compartir mis vivencias y enseñar a los demás lo que voy aprendiendo es algo maravilloso.
Yo soy seguidor de varios blogs y revistas como esta. La verdad es que los que están detrás se lo curran muchísimo y se aprende mucho, es como encontrar el libro que estabas buscando, el capítulo exacto y tan solo en un solo click, de manera gratuita.
– ¿Cuál ha sido el reto o la aventura más compleja a la que te has enfrentado?
Estoy constantemente poniéndome a prueba, realizando retos de supervivencia y expediciones, pero la verdad es que nunca me ha parecido complejo el pasar hambre, sed, frío o calor. Sin embargo, sí que me resultó dura psicológicamente una aventura que viví en equipo. No conectaba con el grupo que iba, no nos llevábamos del todo bien, pero teníamos que realizar tareas juntos las 24 horas del día. Yo me esforzaba por sonreír cuando en realidad estaba contando las horas para volver a casa. Me desgastaba mucho a nivel mental, y físicamente estábamos a tope en un ambiente duro, pero logré superarlo tomándomelo como una prueba más que debía pasar.
– ¿Qué experiencia de supervivencia te gustaría vivir?, ¿en qué rincón del planeta te gustaría medir tus fuerzas contra la todopoderosa madre Naturaleza?
Son muchos los lugares en los que quiero ponerme a prueba y estoy seguro que iré a la mayoría. Tengo en mi lista Borneo, Canadá, Australia, Tailandia, Namibia, Alaska, Tíbet y unos cuantos más. Me he probado en el desierto, en la nieve, en la costa, en montaña y en bosque, pero me falta por conocer la selva. Es de los lugares que más me llama la atención por la cantidad de pueblos que conservan parte de sus tradiciones allí. Al final, más que ponerme a prueba, sobre todo tengo interés en aprender de los mayores expertos en supervivencia de cada lugar: los nativos.
– ¿Cuál es la técnica básica que todo superviviente debe dominar?
Lo básico y primordial es la mente, la actitud, la voluntad y la fortaleza psicológica que tengas. Aunque si nos referimos a técnicas físicas, se pueden diferenciar cuatro grupos básicos: fuego, agua, refugio y alimento. De estos cuatro grupos, el fuego para mí es el más importante de todos, pues el frío causa muchísimas muertes en un ambiente de naturaleza. También el agua es fundamental para la vida, pero la mayoría de veces necesitarás tener un fuego para poder hervirla y así potabilizarla. De no hacerlo, te deshidratarías más rápido, ya que podrías enfermar si el agua contuviera bacterias o parásitos.
– ¿Qué consideras más primordial a la hora de enfrentarte a una situación límite de supervivencia? ¿Tan importante es conocer y dominar las técnicas como mantener ordenada la mente?
Lo más importante, sin duda, considero que es el factor psicológico. Puedes conocer 1.000 técnicas, estar fuerte como un toro y tener una mochila llena de herramientas, pero si la cabeza falla, no tendrás nada que hacer. Tu mente tiene el poder de darte el impulso que necesitas para recorrer cientos de kilómetros sin comida, pero también puede paralizarte como una estatua y esperar hasta que tu cuerpo se apague y mueras. En una situación límite es muy fácil entrar en pánico. Y es que lo primero que te mata en una situación de supervivencia eres tú mismo. Por eso es tan importante antes de hacer nada arriesgado detenerte un momento, ordenar tus pensamientos, pensar en los pasos que tienes que realizar y después actuar.
– Para concluir, ¿podrías avanzarnos algo más sobre tus próximos retos o desafíos de supervivencia?
Estoy pensando en viajar por Sudamérica dentro de pocos meses. Una opción que barajo es Costa Rica. Quiero conocer el país, su gente, la fauna y sus increíbles paisajes, pero sobre todo quiero pasar varios días en la selva, guiado por expertos de la zona que me van a enseñar cómo moverme y sobrevivir en el entorno. Chile también está en mi mente para ir muy pronto, pues este país tiene una naturaleza increíble pero tengo especial interés en conocer al pueblo Mapuche para que me cuenten su historia y sus tradiciones.
Para el próximo año 2016 iré a Canadá seguramente. Aún queda tiempo para este viaje pero me gustaría conocer auténticos Bushcrafters de allí con los que compartir conocimientos y vivencias. Y dentro de pocas semanas estoy planeando un reto de supervivencia mucho más cerca, aún no puedo dar muchos detalles pero cuando llegue el momento lo grabaré en vídeo y estoy seguro de que dará mucho que hablar.
2s Comentarios
Amador Gonzalez de la Cruz
Muy buena y completa la entrevista felicidades por esta labor
gonzalo chicharro
ERES UN FUERA DE SERIE. TE PROYECTAS FUERA DEL ENTORNO SOCIAL A LO GRANDE. UN ABRAZO LOBO NOMADA, DE PARTE DE TU AMIGO LOBO GRIS.