Para la mayor parte del mundo, el conflicto de Ucrania se ve simétricamente como una disputa regional entre Ucrania y los separatistas pro-rusos. Sin embargo, el conflicto es mucho más asimétrico. Hoy arrojaremos algo más de luz sobre este conflicto analizando cómo un gran número de batallones de voluntarios irregulares se ha extendido por todo el campo de batalla del este de Ucrania en nombre de su defensa.
Hay docenas de estos batallones de voluntarios o Batallones de Defensa Territorial (BTD, por sus siglas en inglés) que operan a través de Ucrania. La mayoría de estos batallones se han reorganizado bajo el mando y control de los canales correspondientes del Ministerio del Interior de Ucrania (MIA), pero algunos batallones aún operan de forma semi-autónoma en sus propias esferas regionales de influencia.
Estos voluntarios han demostrado repetidamente gran adaptabilidad y valentía, lo que ha sido crucial para el éxito de Kiev en el mantenimiento de la estabilidad en el resto de Ucrania, así como para proporcionar al gobierno un pilar sólido para fomentar el apoyo internacional y llamar la atención sobre el conflicto. Estos logros son, a corto plazo, un ejemplo sobresaliente de la solidaridad de Ucrania y su patriotismo, pero eventualmente conducirán a una situación incómoda para la seguridad interna en Ucrania, una vez terminado el conflicto.
El esfuerzo por asimilar los grupos de voluntarios ha sido lento pero constante, con 37 BTDs (Batallones de Defensa Territorial) reconocidos repartidos por toda Ucrania. Cada batallón se sitúa actualmente al lado de Kiev, pero con su propia ideología y sus propias ambiciones (como ya se ha visto en el anterior post). Están bien armados y nerviosos.
Según Amnistía Internacional (AI) en el Informe de 2014/15 sobre el Estado de los Derechos Humanos en el Mundo dice: “Así como la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (ACNUDH) y la Organización Mundial de la Salud de las Naciones Unidas (OMS) sobre la situación de los derechos humanos en Ucrania, se concluye que ha habido numerosos informes documentados sobre el maltrato y la tortura de prisioneros de guerra y ejecuciones por «grupos armados», las fuerzas armadas de Ucrania, y los organismos encargados de hacer cumplir la ley.” — Por lo tanto, esto implica a los Batallones de Defensa Territorial.
Mientras tanto, el conflicto continúa cocinándose a fuego lento. Los Acuerdos de Minsk se ven en conjunto como una fachada política y se ignoran en gran medida por las fuerzas separatistas ucranianas y pro-rusas. Hay intercambios de fuego a diario, un flujo constante de informes sobre bajas, y en medio de todo ello están los miles de voluntarios. Los propios batallones de voluntarios continúan desarrollando las hostilidades, y la situación política en Ucrania les permite a ellos y a sus comandantes de unidad el espacio suficiente para ejecutar sus propios planes regionalizados. Cada batallón es único, con historias distintas. El Batallón de Azov, por ejemplo, tiene sus raíces en varias organizaciones antes del conflicto. Otros, como el Batallón Kryvbas, aparecieron junto con el conflicto.
Hasta hace unos días, los batallones eran vistos como aliados centralizados, en sintonía con Kiev y descansando cómodamente en el marco estructural del MIA (Ministerio del Interior). Eso es para la mayoría, pero otros batallones operan fuera del alcance del MIA y el gobierno de Ucrania, como el Cuerpo de Voluntarios de Ucrania (UVC), que viene a ser el brazo armado de Sector Derecho (aunque cada vez es más difícil saber dónde empieza uno y acaba el otro). Sector Derecho se ha hecho famoso por una serie de incidentes, incluyendo un duro enfrentamiento con la 25 Brigada Aerotransportada y la 95 Brigada aeromóvil tras una ruptura de las negociaciones cuyo objetivo era afiliar Sector Derecho a la estructura militar de Ucrania. Por no mencionar el incidente de Mukáchevo del pasado mes de julio.
Hago un breve paréntesis aquí, porque en relación al incidente de Mukáchevo, cabe mencionar que, como consecuencia, el Servicio Fiscal de Ucrania suspendió a todos los altos funcionarios de la oficina de aduanas de Transcarpacia en espera de una investigación de corrupción sobre el tráfico ilegal de tabaco. El Gobernador regional Vasyl Gubal habló con Yarosh, y le preguntó si estaría dispuesto a evitar más derramamientos de sangre. Gubal informó que Yarosh le dijo que estaba comprometido a resolver la disputa pacíficamente.
Aunque no está claro lo que a continuación sucedió debido al apagón informativo de los últimos días, las fuerzas de Kiev acabaron tomando Mukáchevo y buscando a los últimos miembros de Sector Derecho escondidos entre la población civil. Esta información obviamente no se puede confirmar, y hasta puede que sea falsa, pero en ese caso sería una mentira que contentaría a ambas facciones y guardaría las apariencias. Pero será la historia quién juzgue lo ocurrido, pues como dijo George Orwell: “La historia la escriben los vencedores”.
Cerrado el paréntesis, vuelvo al hilo de la narración que se continúa con que a pesar de estos incidentes, el Sector Derecho hizo finalmente ceder el mando y control al gobierno de Kiev tras un acuerdo, dando al Líder de Sector Derecho, Dmytro Yarosh, un puesto de asesor en el Ministerio de Defensa (MOD) junto al personal del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas Viktor Muzhenko.
Otro caso desafortunado de la resistencia contra las órdenes de Kiev vino del BTD Aidar, que fue el primer Batallón de Voluntarios que se estableció. El batallón se vio obligado a disolverse oficialmente el 2 de marzo de 2015 tras la detención de varios de sus miembros en la sospecha de intento de contrabando de armas hacia Kiev. Pero la cosa no acaba ahí para el BTD Aidar; ha habido múltiples denuncias de violaciones de derechos humanos, acusaciones de «aterrorizar a la región de Lugansk”, crímenes de guerra, y el 3 de junio de 2015, al comandante del BTD Aidar, Serhiy Melnychuk, se le revocó su inmunidad procesal parlamentaria tras varias acusaciones entre las que se incluyen secuestros, la formación de una banda de delincuentes y amenazas. Esto debería ser un motivo de preocupación en Kiev porque no hay un protocolo de actuación a la hora de disolver o reorganizar un BTD o cualquier otro grupo de voluntarios armados.
El riesgo a largo plazo para la seguridad interna de Ucrania es que mientras los batallones de voluntarios continúan funcionando de forma semi-autónoma, los comandantes de estos batallones estarán en un riesgo extremo de aventurarse en empresas más egoístas para beneficio personal y/o político. La comunicación y la disciplina pueden romperse fácilmente, como se ha demostrado en el campo de batalla, por el BTD Aidar y Sector Derecho (UVC).
Para evitar otro incidente más grave con batallones de voluntarios, Kiev tendrá que intensificar su programa de integración y abordar la aplicación de una doctrina más vinculante sobre cómo operarán los BTDs en todo el país y la región de la operación antiterrorista. El conflicto no se va a detener a corto plazo, y los BTDs seguirán creciendo en influencia, en voluntarios y en recursos. Ellos son la punta de lanza en la lucha contra los separatistas pro-rusos.
La fuerza demostrable de los Batallones de Defensa Territorial ha llevado a muchos ucranianos a encontrar un poco de consuelo en su utilidad, pero también a descuidar su creciente amenaza a la estabilidad futura.
*Vídeo: Bajo el fuego con el Batallón Azov
Continua leyendo sobre el conflicto de Ucrania aquí: el Batallón Azov
1 Comentariro
UN LECTOR
Limitar o no desgranar el problema desde el punto de vista nacionalista adecuadamente nos conduce a un punto de simplificación peligroso entiendo yo. A saber: esos batallones de Ucrania, digamos “unionistas” (por hacer un símil con Irlanda) si realmente fueran patriotas o nacionalistas no estarían convirtiéndose en títeres de los intereses financieros mundiales o de la política de debilitamiento puesta en marcha por ciertos grupos de poder en el gobierno de los EEUU. Así como dictaduras como las de Videla o Pinochet fueron dictaduras financieras y financiados por la gran banca, no eran golpes nacionalistas, patriotas, con el objetivo de salvar al país de la debacle, en Ucrania se da algo similar: el tablero de juego de la gran banca mundial. El patético golpe de estado en Ucrania no es sinónimo de defensa patria, sino defensa de esos poderes financieros que nos llevan a la guerra para mantener su hegemonía mundial. Los ucranianos patriotas (permítame seguir empleando el término “unionista”) deberían ser conscientes de que son marionetas de un pseudo presidente lacayo de los intereses de los EEUU. ¿Quiénes empujaron a la guerra en 1939? ¿Quiénes financiaron a Hitler para el ataque a la Unión Soviética? ¿Por qué nunca se juzgó al ministro de Economía de Hítler? ¿Por qué siguió viviendo tranquilamente y sin miedo a los vencedores?
Entiendo los motivos del luchador patriota ucraniano, pero la vía adoptada no es la correcta, desde mi punto de vista. Si de verdad desean luchar por una Ucrania unida deberán separarse del actual pseudo presidente, pues como buen burgués rico, cuando obtenga lo que desea dejará en la estaca a los nacionalistas que han luchado por unos principios en los que él no cree.