Si hablamos de las siglas LEFR-TCC, pocos lectores sabrán seguramente a qué nos estamos refiriendo. Aportaremos un poco de luz si explicamos que dichas siglas corresponden a los términos ingleses “Law Enforcement & First Response Tactical Casuality Care”; y clarificaremos definitivamente el asunto si explicamos que estamos hablando de una formación que aporta a los policías conocimientos para ejercer una primera intervención sanitaria a heridos por arma de fuego o arma blanca (principalmente), en el propio lugar de los hechos, por lo tanto en un entorno todavía hostil y sin la presencia de los servicios médicos de urgencias.
Una vez ya todos sabemos de lo que estamos hablando, es común coincidir en lo interesante y necesaria que resulta dicha formación, como quedó patente por ejemplo en el atentado de la maratón de Boston (abril de 2013), donde la aplicación de torniquetes fue determinante para salvar muchas vidas. En cambio, no resulta fácil encontrar quien imparta esta formación con la calidad que la cuestión merece.
Pues bien, los pasados días 12 y 13 de septiembre en Riba-roja (Valencia) y de la mano de PHTLS España, se pudo celebrar un curso sobre esta materia. En este curso los alumnos adquirieron, entre otros, los conocimientos necesarios para controlar hemorragias, tratar posibles complicaciones respiratorias, cómo dar un primer tratamiento en caso de neumotórax abierto, así como las pautas necesarias para la primera valoración del herido. Todo ello con una metodología que, sin descuidar los aspectos teóricos, se centra sobre todo en la práctica, pero no unas prácticas “al uso”, aplicando las técnicas sobre maniquís de entrenamiento en un ambiente tranquilo y sosegado, si no que las prácticas buscaban someter al alumno a unas circunstancias lo más parecidas posibles a lo que sería una situación real.
Por ello, el lugar elegido para la celebración del curso fue un colegio (entorno que perfectamente podría ser el escenario de un caso real), y las situaciones planteadas fueron de un gran realismo, utilizando para ello además del citado entorno real, cartuchos de fogueo, sangre simulada… así como todo aquello que pudiera ayudar a aumentar el estrés de los alumnos. Estos escenarios pusieron a prueba las capacidades de los agentes, ya que para superar las situaciones planteadas, se requería la aplicación de las tácticas y técnicas operativas “habituales”, combinadas con las específicas de tratamiento y atención a las víctimas.
Dichas técnicas de tratamiento a los heridos no se vieron sólo desde el punto de vista de la atención a un tercero, si no que las mismas están concebidas también para la “auto-aplicación”, es decir, para tratar una herida sufrida en primera persona, utilizando para ello desde el torniquete que mejor resultado está dando en combate, hasta los más modernos hemostáticos de uso por los principales ejércitos del mundo, incluido el español.
No en vano, la formación a policías en este ámbito proviene del ámbito militar, donde por razones obvias la casuística es mucho mayor y por lo tanto su experiencia e investigación en búsqueda de soluciones es mucho más avanzada. De ahí que la policía de Denver, pionera en la formación a sus agentes en estas técnicas sanitarias, adaptara los procedimientos militares al campo policial, dando lugar al estándar de referencia en formación sobre la materia.
La docencia corrió a cargo de Prehospital Emergency Care (Naemt España) y por tanto la certificación de los alumnos que superaron el curso cuenta con dicho aval, al que se une una segunda certificación a cargo de NAEMT (National Association of Emergency Medical Technicians). En concreto, el instructor desplazado para llevar a cabo esta acción formativa fue un sanitario, instructor oficial del programa LEFR-TCC, con una amplia experiencia en rescate de heridos en zonas de conflicto como Irak, Afganistán… y quien por si fuera poco complementa sus conocimientos y experiencia con formación específica en materia policial, lo que facilita enormemente la adaptación de la materia de origen médico-militar al ámbito netamente policial.
El instructor del curso, además de llevar a cabo de forma excelente su labor como docente, mostró sin alardes y con gran humildad esbozos de la labor real que nuestros soldados llevan a cabo en las zonas de conflicto donde prestan servicio y de la que debemos estar tremendamente orgullosos. Aunque dicha labor no sea lo suficientemente conocida ni reconocida como se merece por nuestra sociedad.
A los dos días de que constó el curso, asistieron principalmente Policías Locales, pero también estuvieron bien representadas la Policía Nacional y la Guardia Civil, y no faltaron a la cita dos instructores de cursos TIR y otros dos de Tiro Practico Defensivo.
No sería justo dar por concluidas estas líneas sin agradecer al M.I Ayuntamiento de Riba-roja y a la dirección del Colegio público Miguel de Cervantes de Riba-roja la cesión del espacio donde este curso se pudo celebrar.