Que entrenar es importante lo saben hasta los lerdos que no entrenan y que se mofan de quienes sí se entrenan. Pero que cualquier entrenamiento no vale, es algo que algunos venimos diciendo desde hace años, cuando de salvar el culo a tiros se trata.
Realiza con tu arma prácticas de tiro realistas, alejándote de lo seudodeportivo. Ejercítate mentalizado de que podrías tener que defenderte del modo más insospechado, más dificultoso y, a veces, hasta menos probable. Prepárate para lo difícil. Haz del adiestramiento tu propia conciencia. Incluye en tu plan de formación firmes conocimientos jurídicos sobre cuándo puedes abrir fuego contra otros semejantes. Si de todo lo anterior me tengo que quedar con un único aspecto, ese es el de tener las cosas claras sobre cuándo sí y cuándo no apretar el disparador (gatillo también es un término válido, según la Real Academia de la Lengua).
Ahora, atento/a al siguiente vídeo. Observa con atención cómo este sargento de la Policía de Brasil maneja con solvencia su fusco. Deléitate viendo cómo se desplaza con seguridad mientras dispara con una sola mano (ojo al porqué de ello). ¡Ah! Por cierto, este hombre eliminó a los dos individuos que pipa en mano entraron en la farmacia gritando ¡arriba las manos, esto es un atraco! Lo ves, este tipo tenía las cosas claras y, además, sabía hacer las cosas porque, a buen seguro, las había archientrenado. Es de Perogrullo, pero nadie puede hacer lo que no sabe hacer.
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