Nunca pasa nada, hasta que pasa. Seguro que algunos me habréis oído en alguna ocasión hablar (también he escrito sobre ello) del uso letal de objetos domésticos. En mis clases y disertaciones he usado ejemplos miles, incluido el bolígrafo. ¡Que levante la mano quien recuerde este ejemplo por mí frecuentemente utilizado!
Pues bien, en Estella (Navarra) han agredido con un bolígrafo a un policía. La puñalada estilográfica impactó en el rostro, provocándole al funcionario lesiones graves que han requerido de puntos de sutura. Pero, ¿y si en vez de pillar el inofensivo boli un labio, una mejilla, un globo ocular o un carrillo, pilla el cuello, por cuyo interior discurren las carótidas y las yugulares…?
Pues eso, que nunca pasa nada hasta que te pintan la cara de color sangre, con un simple Bic. Deseo la pronta y completa recuperación del compañero herido: