CUESTIÓN DE PELOTAS

El gobierno vuelve a ceder, esta vez ante el partido político de los terroristas y deja la reforma de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana en manos de aquellos que menos respeto a ésta y otras leyes han demostrado.

A estas alturas creo que a nadie sorprende que nuestro presidente, haga cualquier cosa por mantenerse un día más aferrado al poder. Todo vale, no hay límite moral alguno, y cuando el límite es legal, pues se cambia la ley o se arremete contra los jueces responsables de su aplicación.

De este modo, hemos podido ver cambios del Código Penal “ad hoc”, a la carta, y hasta a los delincuentes condenados redactando la ley que les tendría que amnistiar. El cuento del mundo al revés: los delincuentes haciéndose las leyes a medida como un traje, uno hecho con una tela que pagamos todos los españoles para que los delincuentes los luzcan en su flirteo con Sánchez.

El último paso en este decadente y humillante camino viene de la mano del pacto alcanzado con Bildu, partido político que no necesita presentación, (por sus hechos los conoceréis) pero a éstos por desgracia ya los conocemos y su interés en el bien general de España es totalmente inexistente. Pues bien, es con este partido con el que el gobierno pacta la modificación de la Ley Orgánica de Protección de la Seguridad Ciudadana, siendo uno de los aspectos más llamativos de la claudicación del Estado, la prohibición de las denominadas “pelotas de goma”.

A este respecto hay varias cuestiones que me llaman la atención, pero destacaré dos, una por cada parte de tan deleznable acuerdo:

– Por parte del gobierno: ¿Cómo si esta medida es tan necesaria no la adoptó antes? No perdamos de vista que ya llevan 7 años en el poder y llegaron anunciando la inmediata derogación de una ley que ellos denominaban “Mordaza”.
No nos llamemos a engaño, la legislación actual permite el uso como material antidisturbios de los proyectiles de impacto o “pelotas de goma” pero no obliga a su empleo, por lo tanto su uso o no y ante el cada vez más ignorado criterio técnico, depende de una decisión política, es decir, si el señor Marlaska mañana decide que no se utilicen no se utilizan, lo que ocurre es que en ocasiones este material viene muy bien. Como por ejemplo, el pasado mes de noviembre de 2023 cuando en las inmediaciones de la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid hubo que disolver a un grupo de ciudadanos que se manifestaba en contra de la amnistía.

Imagen de miembros de la UIP y manifestantes durante las protestas frente a la sede del PSOE en la calle Ferraz en protesta contra la Amnistía

– En cuanto a la otra pata del banco, no me sorprende pero me repugna especialmente, la gran sensibilidad que muestran con las personas que puedan resultar heridas cuando de manera libre acudan y se mantengan en una concentración que por motivos de orden público requiera de la intervención policial, y después de los múltiples avisos que siempre preceden a una carga policial decidan voluntaria y conscientemente permanecer en un sitio donde se va a hacer uso de la fuerza legal, aún conociendo las posibles consecuencias lesivas para su persona, entre ellas el riesgo de recibir el impacto de una “pelota de goma”. En cambio, no mostraron en su día ninguna misericordia como tampoco muestran hoy el más mínimo arrepentimiento, por los efectos de un tiro en la nuca, por la espalda y a traición, o de una bomba lapa adosada en el coche de una persona.

Imagen del atentado de ETA en Mallorca en 2009 que costó la vida a dos Guardias Civiles

Éstos son los que rigen el destino de nuestro país, aquéllos que nunca han querido formar parte de él, y éstos son los que dicen cómo debe ser la principal ley de ámbito policial, los que se dedicaban hasta ayer mismo a matar policías (entre otras víctimas inocentes) y hoy les siguen insultando y menospreciando.

Todo vale con tal de conseguir un día más, si ya han caído instituciones fundamentales en el orden constitucional, se ha acabado con la división de poderes, con el principio de igualdad ante la ley, se ataca desde el gobierno a jueces o la prensa y medios de comunicación libres. ¿Cómo iba a suponer un limite el arrojar a la Policía a los pies de los caballos? es poco precio ese para nuestro presidente, nada le importa que ello suponga limitar la operatividad de las fuerzas y cuerpos de seguridad y mucho menos que ello implique un riesgo para la integridad de las personas que forman parte de las mismas.

Lo más descorazonador es ver la general apatía con que reacciona la inmensa mayoría de la sociedad, asumiendo cada vez con mayor naturalidad y normalidad cada nueva vuelta de tuerca. Hechos que en otros tiempos y con otro signo político en el poder hubiesen llenado las calles de indignados hoy no pasan de ser comentarios breves en tertulias que rápidamente quedan eclipsados por una fechoría mayor mientras toda la información al respecto se califica de fango.

Del mismo modo que no dejaría a un médico sin sus herramientas, o a un bombero sin su manguera, desproveer a la policía de sus medios es una barbaridad, porque no nos olvidemos, entre otras cosas la policía está para eso, para disponer de medios de fuerza y llegado el momento emplearlos, siempre de manera ajustada a derecho y con el posterior control judicial; pero es la policía la depositaria de la facultad de emplear la fuerza cuando el general interés de la sociedad lo requiera y desgraciadamente el uso de fuerza es cada día más necesario en una sociedad que en gran medida gracias al ejemplo de sus políticos, no acepta limites ni respeta autoridad alguna.

Sin orden solo existe el caos, y el orden, lo queramos o no, precisa del uso de la fuerza. La eliminación de las “pelotas de goma” es solo una evidencia más del rumbo de esta sociedad que menospreciando y desautorizando a su policía se desacredita ella misma, pues la policía al fin y al cabo es reflejo y custodio de los principios de esa misma sociedad, una sociedad y una policía a las que les quieren quitar las pelotas.

Luis Trejo Delgado.

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