Los refugiados de guerra de todo el Oriente Medio, el norte de África y el sur de Asia están inundando la Unión Europea escapando de la guerra y las dificultades económicas de sus países de origen. La situación ha creado una emergencia política en el Viejo Continente, ya que los países de primera línea ubicados en las fronteras de Europa— Grecia, Hungría, Italia, España y otros — demandan soluciones, mientras que otras naciones, como Alemania y Suecia, toman la iniciativa en el manejo de la crisis.
Según un artículo publicado en el Washington Post, la Comisión Europea estaba lista para lanzar una propuesta el pasado 9 de septiembre de 2015, para la creación de campos de acogida en Italia, Grecia y Hungría. Desde allí, los inmigrantes recién llegados a Europa serían reubicados entre los 28 países de la Unión, utilizando un sistema de cuotas.
El artículo describe un plan que implicaría la reubicación de 120.000 solicitantes de asilo de tres países en el resto de Europa. Alemania se ha comprometido a aceptar hasta 500.000 inmigrantes por año, incluyendo el gasto de miles de millones de euros que costaría el financiar un plan de este tipo; y la canciller alemana, Angela Merkel, ha instado a otros líderes europeos a que promulguen planes similares.
Suecia también está en la vanguardia de la aceptación de los refugiados, ya que el país nórdico se está llevando a la mayoría de los refugiados, por habitante, comparado con cualquier nación de la Unión Europea. Alemania está aceptando el mayor número absoluto, de acuerdo con el artículo del Washington Post.
Francia y Gran Bretaña también se han comprometido a acoger decenas de miles de solicitantes de asilo, mientras que algunos países de la UE se oponen firmemente al plan de cuotas. El artículo describe una declaración conjunta de la República Checa, Eslovaquia, Hungría y Polonia, que expresan su desacuerdo con el plan y señalan el fracaso de la UE para frenar el flujo de migrantes.
Aunque los refugiados de Siria son, probablemente, los más visibles en las noticias televisivas, los inmigrantes también están huyendo de la guerra en Irak y la política inestable y la pobreza en Libia, Pakistán, Bangladesh, y un número indeterminado de otros países. Mientras que Europa trabaja para absorber a los inmigrantes, las naciones árabes del Golfo están haciendo «casi nada» para ayudar a los refugiados de Siria, según este otro artículo del Washington Post.
Este mismo artículo recoge un informe de Amnistía Internacional que señala que:
«Seis países del Golfo— Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Kuwait, Omán y Bahrein, han ofrecido cero plazas de reasentamiento a los refugiados sirios». El informe continúa señalando que casi 10 millones de sirios han sido desplazados, con cuatro millones de ellos buscando refugio fuera de Siria.
Amnistía Internacional dice en el informe que, de los cuatro millones que huyen, 3,8 millones se encuentran en el Líbano, Turquía, Jordania, Irak y Egipto. Es decir, que se trata prácticamente del 95% de los refugiados desplazados de Siria.
En Estados Unidos, el candidato presidencial del partido republicano, aparentemente anti-inmigrante, Donald Trump, ha declarado que posiblemente los Estados Unidos deberían considerar dejar que algunos de estos refugiados sirios entren en América. Trump hizo esta declaración el pasado 4 de septiembre de 2015 en una llamada al programa de noticias «Morning Joe», probablemente sorprendiendo a muchos en el mundo político. Trump dijo, sin embargo, que «tenemos que arreglar nuestro propio país en primer lugar”, mientras que destacó la generosidad con la que Alemania maneja la crisis.
Una cosa queda clara con respecto a la crisis de los refugiados: No muestra señales de desplome a corto plazo, ni va a hacerlo, de manera realista, hasta que la guerra civil de Siria llegue a algún tipo de conclusión.
*Video: El flujo de refugiados desborda la UE