No me canso de decir que los ejercicios de tiro obligatorios en España son escasos en número, dilatados en el tiempo y pobres en cuanto a consumo de munición se refiere. Sí, sé que me repito, pero es la pura verdad. Dejadme que incida más en el tema, pues soy de la opinión de que un ejercicio de tiro, sea de carácter obligatorio o voluntario, no sólo es enfrentar a los tiradores hacia la línea de blancos, y hacerles desenfundar y disparar una y otra vez de manera repetitiva hasta que la munición o el tiempo se agoten. Todo ello mientras se realizan ejercicios de tiro estáticos, aburridos, monótonos, desfasados, obsoletos, irrealistas, engañosos y un montón de adjetivos descalificativos más que se les podrían aplicar.
Pienso que los ejercicios de tiro no simplemente deben centrarse en disparar a un blanco inmóvil con técnicas de tiro estáticas, sino todo lo contrario: deben ser lo más realistas posibles, dinámicos, naturales, sencillos y fáciles de asimilar, con capacidad para captar la atención de los tiradores e involucrarlos en su realización y posterior interiorización. Cuando digo sencillos y naturales me refiero a ejercicios de tiro con movimientos naturales y no forzados, que cualquier tirador, independientemente de su forma física o fisiología pueda realizar. No tienen que ser una coreografía ensayada de un ballet ruso.
Deben ser movimientos y reacciones sencillas, pues en definitiva esto es lo que más fácilmente asimila el cerebro humano, y es de esa manera en la que reacciona nuestro subconsciente ante una situación de estrés. Olvidémonos pues de reacciones antinaturales o difíciles de aprender, reacciones largas, complicadas y tediosas de realizar, y que además nos alejan de la realidad. No olvidemos que el cuerpo humano está programado para huir o repeler la acción, lo que implica un movimiento tanto por parte del atacante, como del policía, salvo que la reacción natural sea la de quedarse inmóvil o petrificado, que se podría dar el caso, aunque ahí no cabría reacción armada alguna por parte del policía.
Lo primero y más importante para mí es la mentalización y el compromiso del instructor con la materia que va a impartir. Éste debe ser consciente de la importancia de su formación continua, ya que el trabajo que va a realizar en el campo de tiro puede salvar la vida o minimizar el riesgo de salir herido de un policía, un compañero, un amigo.
Los entrenamientos deben asemejarse lo máximo posible a la realidad de los enfrentamientos armados, teniendo en cuenta que ninguna intervención es igual y que hay muchas maneras distintas de afrontar una situación de esta índole. La elaboración de los ejercicios de tiro debe aproximarse lo máximo posible a las situaciones de riesgo que se pudieren dar en vida profesional de un policía, tales como identificaciones de personas, paradas de vehículos en movimiento, locales violentados, alarmas positivas en empresas donde hay que acceder a su interior, puntos de verificación del tipo que sea, atracos en entidades bancarias, etc.
Ahora, la parte más complicada o más costosa de las prácticas de tiro obligatorias es mentalizar al tirador de la necesidad de interactuar, participar y comprometerse de pleno en este trabajo binomial Instructor/Tirador. El instructor tiene una tarea laboriosa por delante, que es la de mentalizar al policía haciéndole partícipe de la importancia que tienen las prácticas de tiro. Es cierto que no a todo el mundo gustan, hay que contar con ese hándicap, pero esto sólo ha de motivar e incentivar más al instructor, afrontándolo como un nuevo reto, un desafío. ¿A quién no le gustan los retos?
Personalmente, en una práctica de tiro veo una oportunidad para trasmitir, recibir y compartir conocimientos. Hay días en que algún tirador no está centrado en la tarea de realizar los ejercicios. En ese caso, hay que ser capaz de hacerle cambiar de actitud antes de que contagie o contamine a los demás, o bien cree un clima de tensión entre sus compañeros a causa de su actitud.
Por lo que me reafirmo en la idea de que el instructor debe fomentar las prácticas de tiro policial, creando un ambiente de trabajo profesional, serio, realista y eficaz, a la par que natural y sencillo. Es una tarea difícil, y a veces hasta desagradecida, ya que debes lidiar con personas ajenas al mundo policial que no entienden cómo funciona esta profesión.
Contenidos de los ejercicios de formación policial
El contenido de los ejercicios de tiro tiene que centrarse fundamentalmente en cómo debe desenvolverse el policía en una acción armada, y en cómo afrontar la situación con una mentalidad táctica (no digo fría y serena porque sería mentir), desde que se inicia la intervención hasta que finaliza la misma. El policía debe aprender a coordinarse con los compañeros, pues no olvidemos que la unión hace la fuerza. Enseñarles a trabajar en binomios que es como normalmente trabajamos, enseñarles a no cruzarse en la línea de tiro del compañero, algo muy básico pero olvidado en muchas ocasiones, la necesidad de comunicarse entre ellos para desarrollar en conjunto la intervención, cómo se han de desplazar con el arma, parapetarse, dónde y cómo, trabajar el tiro a una sola mano, de cadera, hombro o en condición de herido, realizar cambios de cargador tácticos y de emergencia con una sola mano o a dos, resolver las posibles interrupciones de sus armas, cómo colocarse en una identificación a pie de calle para no resultar herido por fuego amigo, las importantísimas distancias de seguridad que casi nadie respeta, la distribución de los agentes en un punto de verificación, etc.
Los agentes de policía deben definir su rol dentro del organigrama o confección del punto y saber actuar acorde a él, (seguridad, triaje de vehículos, comprobación de documentación, etc.), trabajar intervenciones en las que sea necesario realizar transiciones de los diferentes niveles de fuerza o letalidad a mayor o menor letalidad según la situación, engrilletamientos individuales o con apoyo del compañero con arma de fuego, realizar ejercicios de defensa extrema o C.Q.C. – C.Q.B, tiro de cobertura, y a disparar mientras se desplazan.
Debemos enseñarles a reaccionar disparando desde el suelo, pues hay que tener presente que cualquier agente puede caer al suelo durante una intervención armada y debe saber usar su arma en cualquier estado en el que se encuentre; disparar parapetado detrás de un vehículo y saber en qué partes de éste deben parapetarse y cómo, tiro en condiciones de baja luminosidad o incluso sin luz… Y así una infinidad más de trabajos que no menciono y que se pueden realizar. Estos son solo unos ejemplos de esa inmensa cantidad de elementos o factores que podrían participar en una intervención armada.
¿Para qué sirve formar excelentes tiradores si solo saben disparar y no saben cómo comportarse ante una intervención armada? Por ejemplo, en el caso de alarma de robo a una entidad bancaria, cuando los agentes por desconocimiento se aproximan sin revisar o prestar atención a los turismos estacionados por los aledaños del banco y al rebasar un coche sale de su interior un atracador y éste los abate por detrás. Una intervención es un conjunto de muchos factores y no solo hay que saber disparar bien, que es importantísimo, sino que hay que saber actuar adecuadamente (tácticamente) antes y durante la intervención para poder llegar a repeler la acción armada y salir lo mejor parado de ella.
Además de la parte práctica o táctica, está la parte teórica en la que se le transmiten al policía conocimientos sobre el enfrentamiento armado, táctica, balística, clases de munición, funcionamiento del arma, estados fisiológicos y psicológicos por los que pasa el policía, etc.
También está el tema del arma de fuego, para algunos una herramienta maldita. Sin embargo es una herramienta más de las muchas que conforman el equipo de un policía como lo puedan ser los grilletes, la defensa, el bolígrafo… Como todo utensilio de trabajo precisa de unos conocimientos por parte del que lo utiliza para su buen uso y manejo, debiendo ser esta una formación profesional y continuada en el tiempo mientras el policía esté en activo.
Ahora entramos en la controversia de aquellas plantillas que no poseen galería de tiro o acceso a una de tiro deportivo, o ni siquiera realizan las prácticas obligatorias. Maticemos. Para realizar una parte fundamental de los planes o ejercicios de tiro como es el trabajo en seco, no hace falta una galería de tiro. Los grandes cuerpos de seguridad estatales, autonómicos o locales tienen sobrado espacio para realizar este tipo de entrenamientos: cualquier pabellón, nave o sala es buena para desarrollar esta parte del trabajo. Sólo hay que habilitarla al efecto para simular las diferentes situaciones que queramos representar. No hace falta por tanto una gran inversión, sino solo imaginación.
Esto que parece una idea descabellada ya se puso en práctica en la primera década del siglo XX, cuando el Capitán William E. Fairbairn, después de estudiar de primera mano más de 600 casos de enfrentamientos armados en los que participó la policía municipal de Shanghai, la ciudad más sangrienta de por aquellos tiempos, creó la llamada casa misteriosa donde representaba todas esas situaciones que había observado durante su estudio, aproximándose todo lo que pudo a la realidad del enfrentamiento armado, con el consecuente aumento de la profesionalización de los policías y la disminución de las bajas y heridos dentro de sus filas. Policías de otros países en la actualidad sí que desarrollan sus planes de tiro con este método y no pertenecen a cuerpos policiales de élite. Me pregunto por qué siempre hemos de ir a retaguardia en temas tan importantes como es el tiro policial, siendo que en la actualidad hay y se están formando grandísimos instructores de tiro en nuestro país.
Luego nos queda la realización de ejercicios de tiro con fuego real. Ahí le hemos dado. Muchas prácticas se realizan en galerías o campos de tiro deportivo que no permiten acercarse a los blancos, teniendo que realizar ejercicios a 25 metros. Unos pocos afortunados sí realizan estos ejercicios en instalaciones donde sí que se les permite acercarse a una distancia de trabajo próxima, o sea que no tienen problemas para aproximarse a los blancos. Desde aquí también expongo la falta de instalaciones adecuadas a las necesidades del tiro policial, que por cierto en cuanto a infraestructura no necesita nada del otro mundo, pero aun así no las hay o no se las encuentra tan fácilmente.
Creo que hay una clara falta de concienciación por parte de los de arriba, tanto del legislador como de los mandos policiales superiores, para darse cuenta de lo necesario que es una formación continuada, adecuada y real en esta materia. Pensad por un momento que en la academia de Policía, cuando fueran a enseñarte a confeccionar atestados, sólo te enseñaran a formalizar las primeras diligencias de inicio; o que del código penal sólo te enseñaran la parte de las faltas y ahí se acabara la cosa. Sería una incongruencia, algo nefasto y desastroso para el policía y para el ciudadano que no tendría la atención profesional que este empleo demanda. Entonces, ¿por qué no se rigen por ese mismo principio en otras asignaturas y lo aplican al tiro policial, aumentando las horas de la formación y nivel en esta materia?
También pienso que las altas estancias deben abrir los ojos y abandonar ese pensamiento de que en nuestro país no pasan ese tipo de situaciones en las que hay refriegas con armas de fuego. Deben concienciarse de que actualmente el número de enfrentamientos armados o de aprehensión de armas va en aumento y no creo que esa tónica disminuya, porque como en todo, las nuevas tendencias se importan de lugares lejanos, amén de la venida de extranjeros de países donde el mercadeo y uso de las armas es un hecho cotidiano y normal. Tenemos que ser realistas con la nueva configuración de nuestra sociedad actual, en la que lamentablemente y por desgracia hay bajas policiales, producto de aquello que no pasa en España.
Debemos esforzarnos por intentar ser capaces de desarrollar planes de tiro donde los ejercicios puedan rozar la realidad y transmitirla a nuestros compañeros que están en la calle para que tengan una oportunidad real de poder sobrevivir a un enfrentamiento armado. De un tiempo hacia aquí, gracias al entusiasmo y empeño de la gente que de verdad se toma esta materia con la seriedad y rigor que merece, los planes de tiro están cambiando en cuanto a la calidad de los mismos se refiere. Lentamente, pero este cambio avanza con paso firme.
5s Comentarios
M.José carpio
Hice un curso con Alejandro Carrasco y fue fantástico. Me gustaría hacer otro.
Luis Aparicio
Gracias por el artículo.., esperemos que los cambios en materia de formación no tarden en ser asumidos por quienes organizan los planes de la misma. Un saludo
Oswaldo
Felicitaciones . Buena informacion
José Luis
Buen artículo, enhorabuena. Simple y conciso en la explicación de qué hacer. Espero también que nuestra cúpula y la Administración vayan dando pasos en esta dirección y abriendo los ojos hacia «nuestra realidad» laboral como funcionarios.
Emilio
Buenísimo artículo, como se nota q sabes de lo q hablas. Te diré q llevo tiempo intentando buscar instalaciones donde hacer Tiro en movimiento as bien en interior de domicilios y he llegado a la conclusión q voy a intentar hacerla yo, ( casa de registros donde poder disparar) Xq te puedo asegurar q en algún grupo de élite de nuestra policía ni tan siquiera lo tienen.??